TEXTO CLAVE: Juan 11:49-50
"Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: —Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca."
I. INTRODUCCIÓN
Vivimos en un mundo que valora el individualismo, pero en la cruz vemos el acto más supremo de sacrificio por los demás. El evangelio nos enseña que la muerte de Uno trajo vida para todos. Esta verdad no es solo teológica, sino profundamente personal.
Hoy meditaremos en la obra de Cristo, cómo su sacrificio sustitutorio fue anunciado, cumplido y tiene implicaciones eternas para nuestras vidas.
II. EL PRINCIPIO PROFÉTICO DEL SUSTITUTO
Juan 11:49-52
A. La declaración de Caifás (vs. 49-50)
-
Aunque no lo sabía, Caifás profetizó el propósito redentor de Dios.
-
Dios puede usar incluso a los impíos para declarar Su voluntad.
B. El propósito de Dios detrás del sacrificio (v. 51-52)
-
Jesús iba a morir no solo por la nación, sino para congregar en uno a los hijos de Dios.
-
El plan de salvación siempre ha tenido una dimensión universal.
Aplicación: Aun lo que parece injusto o político (como la crucifixión), Dios lo convierte en redención.
III. LA MUERTE DE UNO PARA DAR VIDA A MUCHOS
Isaías 53:4-6, 10-11
A. El siervo sufriente cargando el pecado ajeno
-
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones…”
-
Sustitución clara: Él llevó lo que era nuestro.
B. El fruto de su aflicción (v. 11)
-
"Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho…"
-
La salvación de muchos es la recompensa del sufrimiento de Uno.
Aplicación: Nuestra salvación costó la sangre del Justo. ¿Cómo respondemos a ese amor?
IV. LA VIDA NUEVA QUE RECIBIMOS POR SU MUERTE
Romanos 5:6-10
A. Cristo murió por los impíos (v. 6)
-
No éramos buenos ni dignos, pero Él murió por nosotros.
B. Reconciliados mediante su muerte (v. 10)
-
No solo somos perdonados, sino restaurados a una relación con Dios.
Aplicación: La vida cristiana no es solo “no ir al infierno”, es vivir reconciliados, con propósito.
V. VIVIR PARA OTROS COMO ÉL VIVIÓ PARA NOSOTROS
2 Corintios 5:14-15
A. El amor de Cristo nos constriñe
-
Su amor nos impulsa a ya no vivir para nosotros mismos.
B. Vivimos para Aquel que murió y resucitó
-
Nuestra vida tiene nuevo dueño y nuevo propósito.
Aplicación: El sacrificio de Cristo nos llama a vivir vidas de entrega y servicio. ¿Por quién estás viviendo hoy?
VI. CONCLUSIÓN
Jesús no murió por accidente. Su muerte fue deliberada, profetizada y eficaz. Fue la muerte de Uno que trajo vida a millones. Hoy podemos vivir con esperanza porque Él murió.
Pero esa vida nos llama a morir al egoísmo y vivir para Dios y los demás.
ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, gracias por tu amor inmenso, por entregar tu vida para que nosotros pudiéramos vivir. Ayúdanos a nunca tomar a la ligera tu sacrificio. Enséñanos a vivir cada día para ti, a morir a nosotros mismos, y a reflejar tu amor en nuestras relaciones. Que tu Espíritu Santo nos impulse a vivir vidas de servicio, gratitud y misión. En tu nombre oramos, amén.