"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."
(Filipenses
4:13)
Reflexión:
No hay reto demasiado grande si depositas tu confianza en Dios. Él te dará la
fuerza que necesitas.
"El
Señor es mi pastor; nada me faltará."
(Salmo
23:1)
Reflexión:
Aunque atravieses tiempos difíciles, confía en que Dios
cuida de ti y proveerá lo necesario.
"Confía
en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio
entendimiento."
(Proverbios
3:5)
Reflexión:
A veces no entendemos por qué suceden las cosas, pero cuando confiamos en Dios,
encontramos paz en su plan.
"Porque
yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de
bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza."
(Jeremías
29:11)
Reflexión:
Dios tiene un propósito para tu vida. Incluso en los momentos de duda, Él está
obrando para tu bien.
"El
Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu
abatido."
(Salmo
34:18)
Reflexión:
En tus momentos de dolor, Dios está más cerca de lo que imaginas. Confía en su
consuelo y sanación.
"Venid
a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."
(Mateo
11:28)
Reflexión:
Cuando sientas el peso de la vida, acércate a Jesús. Él te dará descanso y
aliviará tu carga.
"No
temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te
fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa."
(Isaías
41:10)
Reflexión:
Nunca estás solo en tus luchas. Dios promete estar contigo y ayudarte en cada
paso.
"El
que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente."
(Salmo
91:1)
Reflexión:
La protección de Dios es un refugio seguro. Confía en que Él te guarda en todas
tus circunstancias.
"Y
sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman,
los que han sido llamados de acuerdo con su propósito."
(Romanos
8:28)
Reflexión:
Aun en las dificultades, Dios está trabajando a tu favor. Mantente firme en su
amor.
"Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán consolación."
(Mateo
5:4)
Reflexión:
Las lágrimas y el dolor no duran para siempre. Dios promete consolarte y
restaurar tu corazón.