jueves, 17 de abril de 2025

Tema: Dios escoge un libertador

 


Texto base: Éxodo 3:10

Versículo clave: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” – Éxodo 3:10


Introducción

Dios es soberano y actúa en la historia humana con propósito. Cuando su pueblo sufre, Él escucha su clamor y actúa en misericordia. En Éxodo 3 encontramos a Moisés, un hombre que pasó de ser príncipe a pastor, encontrándose cara a cara con Dios en una zarza que ardía, pero no se consumía. Allí comienza su llamado a ser el libertador de Israel. Este relato no solo nos muestra la historia de Moisés, sino que nos revela principios sobre cómo Dios llama, capacita y envía a sus siervos para cumplir su voluntad.


I. Dios ve la aflicción de su pueblo (Éxodo 3:7-9)

A. El sufrimiento no pasa desapercibido para Dios

  • “Bien he visto la aflicción de mi pueblo…” (v.7)

  • Dios es compasivo y atento a nuestras necesidades.

  • Texto de apoyo: Salmo 34:15 – “Los ojos de Jehová están sobre los justos…”

B. Dios escucha el clamor del oprimido

  • “…he oído su clamor…” (v.7)

  • El clamor en oración mueve el corazón de Dios.

  • Texto de apoyo: Salmo 18:6

C. Dios desciende para actuar

  • “…he descendido para librarlos…” (v.8)

  • Dios no es indiferente: se involucra y actúa.

  • Aplicación: Dios sigue viendo tu dolor, escucha tu oración y quiere intervenir.


II. Dios llama a un hombre común para una misión divina (Éxodo 3:10-12)

A. Un llamado claro y directo

  • “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón…” (v.10)

  • Dios no llama sin propósito; Él nos envía con una misión clara.

B. Moisés reconoce su insuficiencia

  • “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón?” (v.11)

  • Sentirse incapaz es natural, pero Dios capacita al llamado.

  • Texto de apoyo: 1 Corintios 1:27-29 – Dios escoge lo débil del mundo.

C. Dios promete su presencia

  • “Ve, porque yo estaré contigo…” (v.12)

  • No estamos solos en el llamado de Dios.

  • Texto de apoyo: Mateo 28:20

Aplicación: No esperes ser perfecto para obedecer a Dios. Él llama a personas ordinarias para hacer cosas extraordinarias con Su ayuda.


III. El libertador debe conocer al Dios que lo envía (Éxodo 3:13-15)

A. Moisés busca conocer el nombre de Dios

  • “¿Qué les responderé?” (v.13)

  • El llamado necesita una base sólida en la revelación de Dios.

B. Dios revela su nombre eterno: “YO SOY EL QUE SOY”

  • “Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (v.14)

  • Texto de apoyo: Juan 8:58 – Jesús se identifica con el “Yo Soy”.

C. El poder del nombre de Dios da autoridad al libertador

  • No vamos en nuestro nombre, sino en el de Aquel que es eterno.

  • Aplicación: Conocer a Dios profundamente es clave para cumplir su llamado con confianza.


IV. Dios prepara el camino para la liberación (Éxodo 3:16-22)

A. Dios da instrucciones claras

  • “Ve y reúne a los ancianos…” (v.16)

  • Dios dirige paso a paso.

B. Dios anticipa la oposición de Faraón

  • “Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.” (v.19)

  • Dios conoce los obstáculos y tiene poder para superarlos.

C. Dios provee lo necesario para la victoria

  • “Y cuando salgáis, no saldréis con las manos vacías…” (v.21-22)

  • Aplicación: Cuando Dios te envía, también te respalda.


Aplicaciones generales

  1. Dios no ignora el sufrimiento de su pueblo. Si estás afligido, Él te ve y te oye.

  2. No necesitas ser perfecto para ser llamado. Dios capacita al que llama.

  3. Tu identidad está en el “Yo Soy”, no en tus habilidades.

  4. Dios tiene un plan mayor que tu temor. Él prepara el camino incluso antes de que empieces a andar.

  5. El llamado de Dios siempre tiene propósito eterno. No es casualidad.


Conclusión

Dios escogió a Moisés para liberar a Israel, no porque era el más fuerte, sino porque era obediente. A través de esta historia, aprendemos que Dios sigue llamando hoy a hombres y mujeres para traer libertad, esperanza y salvación. El llamado es divino, pero la respuesta es humana. ¿Responderás tú también?


Oración final

Señor Dios todopoderoso, gracias porque Tú eres el “Yo Soy”, eterno, fiel y poderoso. Gracias por ver nuestra aflicción y por levantar libertadores cuando más lo necesitamos. Hoy reconocemos que, como Moisés, muchas veces sentimos que no somos suficientes, pero confiamos en tu presencia que nos acompaña. Llámanos, capacítanos y úsanos para traer libertad y esperanza a los que sufren. Que tu nombre sea glorificado en nuestras vidas. En el nombre de Jesús, amén.

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