Introducción
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El diezmo fue una práctica establecida en el Antiguo Testamento como mandato para Israel (Levítico 27:30; Malaquías 3:10).
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En el Nuevo Testamento, la enseñanza sobre el dar no se centra tanto en un porcentaje específico, sino en la actitud del corazón (2 Corintios 9:7).
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La gran pregunta es: ¿el cristiano está obligado a diezmar, o debe dar voluntariamente según lo que Dios le pone en su corazón?
I. El Diezmo en el Antiguo Testamento
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Mandamiento dado a Israel
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Levítico 27:30 – “El diezmo… es de Jehová.”
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Números 18:21 – Dado a los levitas para su sustento.
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Deuteronomio 14:22-23 – Para sostener el culto y ayudar al necesitado.
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Propósito del diezmo
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Mantener el servicio en el templo.
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Sustento de sacerdotes y levitas.
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Ayuda al extranjero, huérfano y viuda (Deuteronomio 14:28-29).
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II. El Diezmo en los Evangelios
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Jesús y el diezmo
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Mateo 23:23 – Jesús reprende a los fariseos: diezmaban pero olvidaban lo más importante (justicia, misericordia y fe).
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Aquí no rechaza el diezmo, pero enfatiza el corazón y las prioridades.
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Principio resaltado por Jesús
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La ofrenda de la viuda (Marcos 12:41-44).
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No fue la cantidad, sino el sacrificio y el corazón lo que Jesús alabó.
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III. El Dar en las Cartas del Nuevo Testamento
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La iglesia primitiva y la generosidad
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Hechos 2:44-45 – Compartían lo que tenían según la necesidad.
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Hechos 4:34-35 – Nadie tenía necesidad, porque daban voluntariamente.
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Principio de dar en gracia, no por obligación
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2 Corintios 9:6-7 – “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
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1 Corintios 16:2 – “Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado.”
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La motivación del dar
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Dar no por obligación, sino por amor (2 Corintios 8:7-9).
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La medida no es un 10%, sino la disposición del corazón y el amor hacia Dios y el prójimo.
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IV. ¿Obligación o Voluntario?
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No como ley obligatoria
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El diezmo como mandamiento era parte de la ley para Israel.
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El cristiano no está bajo la ley, sino bajo la gracia (Romanos 6:14).
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Sí como principio de generosidad
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El diezmo puede servir como una “guía” o “punto de referencia”, pero no como carga.
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El dar en el Nuevo Testamento es voluntario, generoso y proporcional a la prosperidad recibida.
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Aplicaciones
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Dar con gratitud – Recordar que todo lo que tenemos viene de Dios.
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Dar con generosidad – No dar lo mínimo, sino lo que el amor nos mueva a dar.
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Dar con propósito – Apoyar la obra de Dios, a los siervos del Señor y a los necesitados.
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Dar con alegría – La bendición está en la actitud, no en la cantidad.
Conclusión
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El diezmo en el Nuevo Testamento no es una obligación legal, sino un principio de generosidad.
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El creyente debe dar voluntaria y alegremente, motivado por amor a Dios y al prójimo.
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El estándar de la gracia es mayor que el de la ley: no damos por imposición, sino porque hemos recibido abundantemente de Cristo.
Oración Final
“Señor, gracias porque Tú eres nuestro proveedor y nos das más de lo que necesitamos. Ayúdanos a entender que el dar no es una carga, sino un privilegio. Que podamos hacerlo con un corazón agradecido, con amor y alegría, para apoyar Tu obra y bendecir a otros. Te pedimos que nos hagas generosos como Tú lo eres con nosotros. En el nombre de Jesús, amén.”
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