(Efesios 6:10-18)
Introducción
La vida cristiana es una batalla constante. El enemigo no descansa y busca desanimarnos, debilitarnos y alejarnos de Cristo. Por eso el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, nos enseña que no luchamos contra carne y sangre, sino contra principados, potestades y huestes espirituales de maldad.
Dios no nos dejó desarmados, sino que nos proveyó una armadura completa para resistir y vencer en el día malo.
📖 Texto base: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10).
I. La necesidad de la armadura (v.10-12)
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La fuente de nuestra fuerza
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“Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (v.10).
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No es nuestra valentía, sino el poder de Dios.
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El enemigo que enfrentamos
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“No tenemos lucha contra sangre y carne…” (v.12).
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No luchamos contra personas, sino contra el reino de las tinieblas.
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La urgencia de estar preparados
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“Para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (v.11).
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El diablo es astuto, no subestimemos sus engaños.
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II. La armadura de Dios (v.13-17)
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El cinturón de la verdad (v.14a)
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La verdad sostiene toda la armadura.
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Aplicación: vivir en integridad y transparencia.
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La coraza de justicia (v.14b)
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Protege el corazón.
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Justicia de Cristo que nos cubre y justicia práctica en nuestras acciones.
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El calzado del evangelio de la paz (v.15)
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Estar firmes y listos para anunciar el evangelio.
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Aplicación: ser portadores de paz, no de contienda.
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El escudo de la fe (v.16)
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Apaga los dardos de fuego del enemigo.
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Fe firme en las promesas de Dios.
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El yelmo de la salvación (v.17a)
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Protege la mente de dudas, temores e inseguridades.
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Confianza plena en nuestra salvación en Cristo.
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La espada del Espíritu (v.17b)
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Es la Palabra de Dios.
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Única arma ofensiva contra el enemigo.
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Jesús mismo venció a Satanás citando la Escritura (Mateo 4:1-11).
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III. La oración constante (v.18)
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La actitud de todo guerrero
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“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu”.
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La oración mantiene la armadura activa.
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La perseverancia en la intercesión
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“…velando con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.
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No solo orar por uno mismo, sino por los hermanos en la batalla.
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Aplicaciones prácticas
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No podemos enfrentar al enemigo confiando en nuestras fuerzas, sino en Dios.
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La armadura debe usarse completa, no por partes.
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Debemos alimentar la fe y la verdad diariamente con la Palabra.
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La oración es el aire que respira todo soldado de Cristo.
Conclusión
El cristiano es un soldado en una guerra espiritual. El enemigo es real, pero también lo es la victoria en Cristo. Si usamos la armadura de Dios, podremos resistir en el día malo y permanecer firmes hasta el fin.
📖 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13).
Oración final
Señor amado, gracias porque no nos has dejado desarmados en esta batalla espiritual. Te pedimos que nos ayudes a vestirnos cada día con tu armadura: que vivamos en tu verdad, guardemos la justicia, llevemos el evangelio de la paz, tengamos fe firme, la seguridad de la salvación y que tu Palabra sea nuestra espada. Enséñanos a orar en todo tiempo y a mantenernos firmes hasta que Cristo vuelva. En el nombre de Jesús, amén.
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